domingo, 13 de enero de 2013

ARCÁNGEL MIGUEL




Al Arcángel Miguel se le conoce com que es el que esta mas cerca de los seres humanos, desde el comienzo de la humanidad cuando Dios lo envía para protegernos y luchar contra el mal..
Se le representa con una espada en la mano, batallando contra las fuerzas negativas.

MIKHAEL es el nombre hebreo de MIGUEL, pero además se lo reconoce con otros nombres o títulos honoríficos, estos títulos son: Príncipe de la Luz, Comandante de las Estrellas, Jefe de las Milicias Celestiales, el de la Espada Luminosa.
Su festividad era el 29 de Setiembre, hasta que en 1969 Pablo VI con la Reforma hecha al Calendario, instauró esta fecha como la de “Los Santos Arcángeles”. 
MIGUEL es el que al irrumpir rompió las tinieblas para que la luz hiciera su aparición. Por eso su tarea es llevar luz donde hay oscuridad. 
Cuando sentimos que nos movemos en las sombras, que el miedo nos llena y por estar pasando una crisis, podemos recurrir al Él, para que con su luz irrumpa en nuestro Ser, haciendo aparecer la claridad que necesitamos para encontrarnos con nosotros mismos, encontrar nuestro equilibrio y liberarnos de toda energía negativa.

"El Arcángel Miguel está a tu lado y siempre responde a tu llamada.
Cuando haces consiente  la Presencia del Arcángel Miguel en tu vida día a día con  devoción, abres la puerta a su luz y reafirmas su presencia en tu vida.
Invitemos a Miguel en nuestra vida para iluminarlas y llenarlas de Amor y Fe, envuélvete en su luz azul de Protección y Guía.

SAN MIGUEL ARCÁNGEL
PARA PEDIR LA PROTECCIÓN DEL CIELO

Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales. 
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.

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