Esta es una clave muy importante, no la subestimes, aquí radica gran parte del éxito de la meditación. Entonces, lo primero a tener en cuenta es la correcta intención. Antes de empezar a meditar puedes decir la siguiente plegaria:
Amado Padre Celestial, quiero servirte a través de mi meditación.
Que mis energías sirvan para aumentar la luz en el mundo.
Que mi amor vaya a aliviar los corazones necesitados.
Que todo lo que pueda lograr como fruto de esa meditación sea para tu Gloria.
En el Centro de la Voluntad de Dios permanecemos.
Nada ni nadie, ni siquiera nosotros mismos, podrá jamás apartar
nuestra voluntad de la suya.
Complementamos esa voluntad con el amor.
Nosotros, el triángulo divino, por amor a nuestros hermanos,
en el cuadrado servimos.
Puedes usar cualquier otra oración que contenga la idea del servicio. Hasta un pensamiento bastará si se hace con profundo sentido. Existe un mantram que es muy poderoso porque contiene una fuerte intención hacia lo divino y es utilizado por los discípulos que sirven intensamente el Plan
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